Acciones para acelerar la igualdad de género para TODAS las mujeres y niñas

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Activistas, líderes sociales, organizaciones, mujeres y hombres participan en una marcha contra la violencia de género titulada “Vivas nos Queremos” en Ecuador, 2019. Foto: ONU Mujeres/Johis Alarcón.
Activistas, líderes sociales, organizaciones, mujeres y hombres participan en una marcha contra la violencia de género titulada “Vivas nos Queremos” en Ecuador, 2019. Foto: ONU Mujeres/Johis Alarcón.

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En 1995 el mundo se unió de cara a la Plataforma de Acción de Beijing, un revolucionario plan dirigido a impulsar la igualdad de género que sentó las bases de un cambio a gran escala. Desde leyes que protegen a las mujeres de la violencia doméstica hasta programas de empoderamiento para las mujeres y niñas, la Plataforma de Acción de Beijing sigue dando forma a nuestro mundo y allanando el camino hacia un futuro justo e igualitario para TODAS las mujeres y niñas.

Treinta años de acción han reconfigurado los derechos de las mujeres en todo el mundo, y nos han demostrado que el progreso es posible. Desde 1995, la proporción de mujeres que ocupan escaños parlamentarios ha aumentado más del doble, los índices de matrimonio infantil han descendido y cada vez son más las mujeres que tienen acceso a licencias de maternidad, subvenciones de apoyo a la infancia, subsidios de desempleo y planes de pensiones, medidas esenciales para reducir la pobreza e impulsar la seguridad económica.  

La educación es el ámbito en el que se han registrado mayores avances para las mujeres y niñas desde 1995; hoy en día, el número de niñas escolarizadas es más alto que nunca. También se han ampliado las protecciones jurídicas: antes de la Plataforma de Acción de Beijing solamente 19 países contaban con leyes que protegían a las mujeres de la violencia; hoy, ese número ha aumentado a 152. Sin embargo, la fragilidad de los sistemas políticos, la falta crónica de financiamiento y las conmociones y crisis recurrentes han hecho que el progreso sea demasiado lento y provocado retrocesos con excesiva frecuencia. 

El informe más reciente del Secretario General de las Naciones Unidas pone de relieve que, si las cosas siguen como están, una niña que nazca hoy tendrá 39 años antes de que las mujeres ocupen tantos escaños parlamentarios como los hombres, y no verá el fin del matrimonio infantil hasta que cumpla 68. Y todo esto no es más que la punta del iceberg. La participación en la fuerza laboral ha variado muy poco y se ha estancado en los últimos 20 años: en 2022, el 63 por ciento de las mujeres y el 92 por ciento de hombres formaban parte de la población activa; en 2002, estos porcentajes eran del 64 y el 94 por ciento, respectivamente [1].  

Women’s rights in review 30 years after Beijing
Women’s rights in review 30 years after Beijing

Razones para la esperanza: avances clave en los derechos de las mujeres

El informe del Secretario General de las Naciones Unidas repasa el progreso alcanzado en 159 países durante los últimos cinco años, y muestra los aspectos en los que hemos avanzado y aquellos en los que es necesario continuar trabajando.  

Las señales del progreso en cifras: 

  1. Violencia contra las mujeres: el 90 por ciento de los países señalaron que han reforzado sus leyes para abordar la lucha contra la violencia de género, así como su implementación y ejecución, frente al 83 por ciento en 2019.  
  2. Pobreza: el 79 por ciento de los Estados notificaron iniciativas dirigidas a fortalecer los sistemas de protección social —como la licencia de maternidad, transferencias monetarias, sistemas de pensiones y otras políticas clave para frenar la pobreza e impulsar el empoderamiento económico de las mujeres—, frente al 70 por ciento en 2019. 
  3. Derechos de las niñas: el 70 por ciento de los Estados Miembros centraron sus medidas en el acceso de las niñas a la educación, frente al 61 por ciento en 2019.  
  4. Mujeres en puestos de liderazgo: el 38 por ciento de los países informaron de la adopción de medidas para prevenir e investigar casos de violencia contra las mujeres en la vida pública, más del doble del porcentaje registrado en 2019. 
  5. Acceso a la tierra y a los recursos: el 48 por ciento de los Estados señalaron que han tomado medidas para aumentar el acceso de las mujeres a la tierra, al agua, a la energía y a otros recursos naturales, lo que supone un aumento de 10 puntos porcentuales en comparación con 2019.  
  6. Mujeres en contextos de crisis: el 43 por ciento de los países manifestó haber adoptado enfoques sensibles al género en la acción humanitaria y la respuesta a las crisis, frente al 40 por ciento en 2019. 
  7. Trabajo de cuidados no remunerado: los países que informaron de la existencia de servicios de cuidados para personas mayores han aumentado del 46 por ciento en 2019 al 66 por ciento en 2024. Esto es fundamental para liberar el tiempo que las mujeres dedican al trabajo de cuidados no remunerados y comunitarios.  

¿Qué obstáculos están frenando la igualdad de género?

Aunque se han producido avances, siguen existiendo importantes desafíos que ralentizan el progreso hacia la igualdad de género. Según el informe del Secretario General, estos son los obstáculos que requieren una atención urgente para cumplir las promesas establecidas en la Plataforma de Acción de Beijing: 

  1. Perturbaciones económicas y climáticas, pandemia de COVID-19 y conflictos. Estas crisis han supuesto un obstáculo considerable para los esfuerzos en materia de igualdad de género en los últimos cinco años. La violencia doméstica se disparó durante los confinamientos instaurados en la pandemia, y los conflictos y la emergencia climática afectan de manera desproporcionada a millones de mujeres y niñas en todo el mundo. En 2023 se registraron más de 170 conflictos armados, lo cual se traduce en que alrededor de 612 millones de mujeres y niñas viven a menos de 50 kilómetros de esas zonas, más del doble que en 2010. Además, a medida que se agrava la crisis climática, el número de mujeres y niñas que podrían caer en la pobreza en 2050 podría aumentar en 158,3 millones.  
  2. Reacción contra el feminismo y fatiga de género: en los últimos años, los movimientos antiderechos han ganado impulso. Nuevas leyes discriminatorias atacan los derechos a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, lo que limita su acceso a los servicios y debilita las protecciones jurídicas contra la violencia de género. Las mujeres en la política y en la vida pública se enfrentan a amenazas adicionales, y el espacio para que las mujeres y niñas denuncien y exijan que quienes ostentan cargos de liderazgo rindan cuentas se está reduciendo a un ritmo alarmante.  
  3. Falta de financiamiento para la igualdad de género: las leyes que se quedan en el papel no cambiarán vidas; el verdadero progreso requiere una inversión decidida en la implementación de leyes y políticas. Sin embargo, la igualdad de género sufre un déficit crónico de financiamiento. Las medidas de austeridad y el fuerte incremento de la deuda, en especial en los países más pobres del mundo, han provocado recortes en servicios esenciales como la salud y la educación. En 2022, tan solo un 4 por ciento de la ayuda bilateral se destinó a programas que priorizaran la igualdad de género. El apoyo a las organizaciones e instituciones gubernamentales dedicadas a la defensa de los derechos de las mujeres también está disminuyendo. En el período de 2021 a 2022, el financiamiento destinado a organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres se redujo en un tercio, hasta situarse en un promedio de 596 millones de dólares anuales, frente a los 867 millones de dólares del período de 2019 a 2020. Los organismos nacionales en favor de la igualdad de género están perdiendo financiamiento, están siendo socavados o desmantelados; esto los deja sin poder, capacidad o recursos para cumplir con su cometido, lo que agudiza aún más las crisis. 
  4. Cambio demográfico: el rápido crecimiento de la población en África subsahariana y en algunas zonas de Asia, América Latina y el Caribe está tensionando de manera considerable los servicios públicos, como la salud, la educación y los servicios sexuales y reproductivos, en regiones donde los Gobiernos ya tenían dificultades para prestarlos. En otras partes del mundo, como Europa o Japón, el envejecimiento de la población está provocando un aumento del volumen de trabajo de cuidados no remunerado, que las mujeres y niñas asumen en mayor medida que los hombres.

¿Qué hay que hacer para lograr la igualdad de género?

Tenemos la capacidad de cambiar el futuro de las mujeres y niñas, pero es urgente tomar medidas. He aquí seis iniciativas que pueden impulsar un cambio real para TODAS las mujeres y niñas, con el liderazgo decidido de las jóvenes y adolescentes:

1. Una revolución digital por y para TODAS:

El cierre de la brecha digital de género podría ahorrar 500.000 millones de dólares en los próximos cinco años. La tecnología debe ser un motor de igualdad, no de exclusión. 

Es preciso apoyar el Pacto Digital Mundial y poner en marcha políticas encaminadas a superar la brecha digital de género, a fin de garantizar la igualdad de acceso a la tecnología y el liderazgo de todas las mujeres y niñas en este ámbito. 

2. Acabar con la pobreza por y para TODAS

Casi una de cada diez mujeres vive en la pobreza extrema. Los servicios públicos y la protección social amplían la seguridad económica de las mujeres. Las mujeres también realizan al menos el doble de trabajo de cuidados no remunerado que los hombres. Los cuidados son vitales para el bienestar de las familias, las sociedades y las economías, pero están infravalorados y mal retribuidos. La inversión en servicios de cuidados, como guarderías, licencias retribuidas y cuidados a largo plazo, podría contribuir a la creación de casi 300 millones de empleos de aquí a 2035. 
 

Es necesario invertir en sistemas de protección social, servicios públicos y de cuidados para que las mujeres y niñas gocen de la igualdad de oportunidades que merecen para prosperar. 

3. Cero frente a la violencia por y para TODAS

Una de cada tres mujeres sufrirá violencia física o sexual a lo largo de su vida. Aunque en todo el mundo existen numerosas leyes en vigor, a menudo se implementan de manera ineficiente y no se invierte en estrategias preventivas.

Es preciso adoptar, aplicar y financiar leyes y políticas nacionales que envíen el mensaje de que la violencia contra las mujeres no quedará impune en ningún caso y apoyen a las organizaciones locales de mujeres. 

4. Poder de decisión pleno e igualitario por y para TODAS

Las mujeres ocupan solamente el 27 por ciento de los escaños parlamentarios nacionales en todo el mundo, las decisiones que determinan sus vidas son adoptadas en su inmensa mayoría por hombres. Esto no solo es injusto, sino que además es ineficiente. Cuando las mujeres participan en la política, las decisiones son más integradoras, las soluciones son más diversas, y se obtienen mejores resultados económicos.  

Es necesario implementar leyes y políticas, así como medidas especiales de carácter temporal (como las cuotas de género), que permitan aumentar la cifra de mujeres en puestos de toma de decisiones en la política, las empresas y las instituciones. 

5. Paz y seguridad por y para TODAS

Más de 600 millones de mujeres y niñas viven en zonas afectadas por conflictos armados, y la violencia sexual relacionada con los conflictos se disparó un 50 por ciento tan solo el año pasado. Las organizaciones de mujeres están en primera línea de la consolidación de la paz y la respuesta a las crisis, pero siguen infrafinanciadas e infravaloradas. 

Es necesario adoptar planes nacionales y dotarlos del financiamiento adecuado para aumentar la participación significativa de las mujeres en todos los aspectos de la paz y la seguridad, así como financiar a las organizaciones de mujeres en contextos de conflicto y crisis. 

6. Justicia climática por y para TODAS

La crisis climática y la pérdida de biodiversidad se están acelerando, y las mujeres —en especial aquellas que viven en comunidades rurales e indígenas— son las más afectadas. Sin embargo, también son las primeras en aportar soluciones.  

Se debe dar prioridad a las mujeres y niñas en la acción por el clima aumentando la inversión en su liderazgo y su acceso a empleos verdes en ámbitos como la agricultura sostenible, la energía renovable y los cuidados. 

 

En conjunto, podemos crear un futuro justo y equitativo por y para TODAS las mujeres y niñas.  

La Plataforma de Acción de Beijing sentó las bases del cambio. Ha llegado el momento de actuar con urgencia, colaboración y compromiso. Es hora de pasar de las promesas a los hechos y de hacer realidad la igualdad de género para esta generación. 

 

Día Internacional de la Mujer 2025

Igualdad de derechos. Igualdad de oportunidades. Igualdad de poder.

El mundo no puede esperar otros 30 años para cumplir la promesa de la igualdad de género. Hoy estamos más fuertes, más unidas, más diversas, y decididas a ser la primera generación en lograr la igualdad de género. Únete a nuestra campaña anual y actúa por y para TODAS las mujeres y niñas.

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