Cómo hablar de igualdad de género y estereotipos a las niñas y los niños

Consejos, herramientas y ejemplos tomados de la vida real para mantener conversaciones apropiadas a cada edad en el hogar, en las aulas y en las comunidades.

Antes de que la mayoría aprenda siquiera a leer, ya se les ha dicho a niñas y niños que ellos son fuertes y ellas débiles. Ya sea un niño que vive en Bélgica o una niña que vive en Ghana, los estereotipos de género y lo que significa ser un niño o una niña son frecuentes en todo el mundo.  

Las investigaciones demuestran que los estereotipos empiezan a absorberse desde los tres años de edad. A los 10 años, los niños tienen mayor probabilidad de verse a sí mismos como líderes, mientras que las niñas interiorizan limitaciones de sus capacidades. Un estudio reveló que 6 de cada 10 niños afirmaban que “por naturaleza, a los niños se les da mejor el deporte que a las niñas”, y a los 14 años, la tasa de niñas que abandonan el deporte duplica la de los niños.  

Estas creencias influyen en las decisiones que toman las y los jóvenes, así como en sus sueños y expectativas. Las niñas y los niños reciben señales de sus familias, de los medios de comunicación, de la escuela y de la sociedad. Los juguetes con los que juegan, los cuentos que escuchan y los roles de género que ven desempeñar a las personas adultas influyen en lo que creen que es “normal” para niños y niñas.  

Por ello, las conversaciones sobre la igualdad de género y los estereotipos deben empezar a una edad temprana. Sin embargo, muchas personas adultas no tienen claro por dónde empezar.

¿Qué es la igualdad de género?

La igualdad de género es la idea de que las personas de cualquier género – mujeres, hombres, niñas y niños, así como quienes tienen expresiones e identidades de género no binarias o trans – tienen los mismos derechos, responsabilidades y oportunidades. Esto no significa que todas ellas deban ser iguales, sino que los derechos y la dignidad de cada persona deben respetarse por igual. 

En la práctica, esto implica garantizar que las mujeres y las niñas tengan el mismo acceso que los hombres y los niños a la educación, el empleo, las funciones de liderazgo y la toma de decisiones. También significa reconocer y repartir de manera equitativa el trabajo de cuidados no remunerado –como el cuidado de las infancias o de familiares de edad avanzada – entre los miembros de la familia, con independencia de su género. 

No obstante, hoy en día, la igualdad entre hombres y mujeres no es una realidad, y en las condiciones actuales tomaría casi 300 años alcanzarla a escala mundial. La igualdad de género no es solo una cuestión de justicia, sino un derecho humano fundamental y esencial para construir comunidades pacíficas, sostenibles y prósperas.

1. Al hablar de igualdad de género, no rehúyas las conversaciones difíciles

Una vez que la definición está clara, es hora de hablar. Las conversaciones sobre la igualdad de género, los derechos de las mujeres y los obstáculos que aún existen son esenciales. Al hablar con las niñas y los niños de manera abierta y honesta sobre la equidad, la justicia y la igualdad, les ayudamos a dar sentido al mundo y les inspiramos a cambiarlo para mejor. 

Estas conversaciones no tienen por qué ser formales ni seguir un guion establecido; pueden tener lugar mientras se lee un libro, se ve una película o se realizan las tareas y rutinas diarias. La clave está en ayudarles a fijarse en lo que ven a su alrededor y a cuestionarlo.

Prueba lo siguiente

Elige un libro o película infantil para analizarlo juntos. Asegúrate de que presente estereotipos de género. Si eliges una película de animación antigua, es probable que los personajes asuman roles de género tradicionales, como el de la princesa que necesita ser rescatada. Pregunta:

  • ¿Quiénes son los personajes principales?
  • ¿Cuáles tienen un papel pasivo y quiénes son más activos?
  • ¿Quién impulsa la acción y la narración?
  • ¿Qué cambiaría para que fuera más justo?

La página Awake Not Sleeping ofrece relatos conocidos con un enfoque diferente en una colección de cuentos modernos (disponibles en inglés). 

2. Ten cuidado con las palabras que elijas

Las palabras que utilizamos, sobre todo cuando hablamos con niñas y niños, pueden influir en cómo se ven a sí mismas y a las demás personas. Frases como “los niños no lloran”, “es una mandona” o “lanza la pelota como una niña” pueden parecer inofensivas, pero refuerzan creencias limitantes sobre el género. 

Por este motivo, es esencial mantener conversaciones desde una edad temprana sobre los roles de género y cuestionarlos.

Utiliza un lenguaje inclusivo y empoderador. Elogia a las niñas y los niños por su esfuerzo, no solo por su aspecto o su fuerza física. En la medida de lo posible, utiliza denominaciones neutras para los puestos de trabajo: “personal de extinción de incendios” en lugar de “bomberos”, “presidencia” en lugar de “presidente”, etc.

 

Prueba lo siguiente

Juega a intercambiar palabras. Pregunta:  

  • ¿Qué podríamos decir en lugar de “los niños no lloran”? 
  • ¿Cómo podríamos describir a una niña que toma las riendas en lugar de “mandona”?  

Prepara un cartel de expresiones positivas para colgarlo en casa o en la escuela. Por ejemplo: 

  • Cambiar “mandona” por “segura de sí misma”. 
  • Cambiar “pórtate como hombre” por “no te rindas”. 
  • Cambiar “los hombres de verdad no lloran” por “la verdadera fuerza está en mostrar tus sentimientos”. 

3. Reparte las tareas domésticas entre toda la familia

Una de las formas más poderosas de enseñar la igualdad de género es predicar con el ejemplo. Las infancias se fijan en quién se ocupa de las diferentes tareas en el hogar, quién cocina, quién limpia, quién decide... Si el trabajo se reparte de manera equitativa, se transmite el mensaje de que toda la familia contribuye y que el tiempo de todas y todos importa. 

A escala mundial, las mujeres dedican 2,5 veces más tiempo que los hombres a las tareas domésticas y de cuidados no remuneradas. Este desequilibrio comienza desde la infancia, cuando se espera que las niñas ayuden más que los niños. Pero esto no tiene por qué ser así. Compartir las tareas fomenta las capacidades prácticas para la vida, aumenta la confianza de las niñas y los niños y el respeto por el tiempo y el esfuerzo de las demás personas. De ese modo las tareas no se ven como un castigo, sino como una forma de colaboración y cuidado mutuo.

Prueba lo siguiente: 

  • Elabora un cuadro de tareas familiares y rote las responsabilidades semanalmente.  
  • Añade una reflexión al final de la semana: “¿Qué tarea nueva has aprendido a hacer?”. 
  • El cuadro deberá incluir tareas como poner la mesa, recoger la ropa, ordenar los juguetes o leer cuentos.  

4. Inspírate en modelos reales

Las niñas y los niños aprenden con el ejemplo, de modo que debes mostrarles modelos que desafíen los estereotipos de género y defiendan la igualdad. Habla de personas famosas y activistas que utilicen sus plataformas para promover la inclusión, como Anne Hathaway o Malala Yousafzai, o de hombres que sean un modelo en la lucha contra los estereotipos, como John Legend.  

Enséñeles lo que están haciendo las y los jóvenes activistas de ONU Mujeres en todo el mundo: desde la lucha contra la pobreza menstrual en Türkiye hasta la ayuda a jóvenes afganas para que puedan acceder a la educación. 

Por último, explícales a las niñas y los niños los momentos clave en la historia de los derechos de las mujeres de manera que puedan descubrir cómo mujeres audaces y brillantes han dado forma al mundo en que vivimos hoy.

Prueba lo siguiente

Crea un mural de “modelos a seguir” en el hogar o en el aula. Cada semana, añade a alguien que desafíe los estereotipos de género y escribe unas líneas sobre lo que le inspira y los temas que le preocupan a esa persona.  

5. Habla sobre la seguridad y el respeto en Internet

A medida que la niñas y los niños crecen, una gran parte de sus amistades, su aprendizaje y sus juegos tiene lugar en línea. Sin embargo, los espacios digitales reflejan a menudo los estereotipos de género y las desigualdades que existen fuera de esos ámbitos. Las niñas, las mujeres y las personas con diversidad de género se enfrentan a menudo a un mayor riesgo de acoso, intimidación y abuso en los espacios digitales, sobre todo cuando desafían los estereotipos. 

Al mismo tiempo, las comunidades en línea nocivas, como la machoesfera, se dirigen a los niños y los jóvenes con contenidos misóginos que representan a las mujeres como inferiores y califican la igualdad de género como una amenaza para su éxito.  

Estos discursos pueden normalizar la violencia y reforzar los estereotipos de género negativos. Ayudar a las infancias y adolescencias a navegar por los espacios en línea con empatía y pensamiento crítico, así como mantener conversaciones abiertas con ellas, es fundamental para la seguridad en línea y en los entornos no virtuales.

Prueba lo siguiente

Conviértanse juntos en detectives de los medios de comunicación. Elijan algunos vídeos o publicaciones que le gusten o que estén de moda y pregunten lo siguiente: 

  • “¿Qué dice esta persona sobre los niños, las niñas, los hombres o las mujeres?” 
  • “¿Te parece que este mensaje fomenta el respeto, la igualdad y la amabilidad?” 
  • “¿A quién puede beneficiar este mensaje y a quién puede perjudicar?” 

6. Elogia el papel de las mujeres y niñas en el deporte

El deporte aumenta la fortaleza, la confianza y las capacidades prácticas para la vida, pero a los 14 años la tasa de niñas que abandonan los deportes duplica la de los niños. Durante muchos años, las niñas han tenido dificultades para verse representadas o apoyadas en las carreras deportivas, pero el ecosistema del deporte está cambiando con rapidez. Desde las gimnastas Simone Biles y Aly Raisman, que están redefiniendo qué es el poder, hasta la futbolista Marta Vieira da Silva, que pide igualdad para todas las mujeres y niñas, o Jenni Hermoso, que lucha contra el sexismo, las mujeres deportistas están cambiando las reglas del juego. 

Cuando las niñas se ven a sí mismas en el terreno de juego – y cuando los niños ven a las mujeres como campeonas –, lo que creen que puede conseguir cada persona cambia por completo.  

Prueba lo siguiente

  • Vean en conjunto un partido femenino. 
  • Invita a las niñas y los niños a investigar y compartir la historia de una mujer deportista que haya cambiado las reglas del juego. ¿Qué obstáculos tuvo que superar? 
  • Anima a las niñas a probar un nuevo deporte y elogia su esfuerzo, no solo su rendimiento. 

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