Preguntas frecuentes: Abuso digital, troleo, acecho y otras formas de violencia contra las mujeres y niñas facilitada por la tecnología

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Frequently asked questions: Tech-facilitated gender based violence

Imagina recibir un mensaje de una persona desconocida con detalles escalofriantemente precisos sobre tu rutina diaria. O piensa en la impresión que te produciría descubrir que un video tuyo ha sido alterado digitalmente para convertirse en contenido explícito y que se ha compartido en internet. Estos no son escenarios hipotéticos de abuso digital, sino una realidad aterradora para millones de mujeres y niñas que navegan en el mundo digital hoy día.

La tecnología es cada vez más indisociable de nuestra vida cotidiana, pero puede funcionar como un arma que daña a las mujeres y niñas de maneras nuevas y alarmantes. Aunque no es un fenómeno nuevo, la violencia contra las mujeres y niñas facilitada por la tecnología ha aumentado drásticamente en los últimos años, lo que plantea graves amenazas a la seguridad y el bienestar de las mujeres y niñas en todo el mundo. Lo que comienza como abuso en línea puede convertirse rápidamente en un peligro que se extienda más allá de las pantallas y las fronteras, e impedir que muchas mujeres se sientan seguras en sus casas, en sus trabajos o en los espacios públicos. 

Nadie tendría que vivir con miedo solo por existir en línea. El mundo digital debería ser un espacio seguro para todas las personas.

Los gobiernos y el sector tecnológico deben enfrentar esta amenaza y hacer más para proteger los derechos de las mujeres en la era digital. El informe del Secretario General de las Naciones Unidas publicado en 2024 sobre la violencia contra las mujeres y niñas facilitada por la tecnología identifica tres desafíos emergentes: una creciente reacción en contra de los derechos de las mujeres, el rápido auge de la inteligencia artificial (IA) y la expansión de la “machoesfera”, un ecosistema de contenido misógino que se filtra en la cultura general, moldea las actitudes públicas hacia las mujeres y alimenta la violencia.

¿Qué es la violencia contra las mujeres y niñas facilitada por la tecnología?

La violencia contra las mujeres y niñas facilitada por la tecnología hace referencia a todo acto que se comete, asiste, agrava o amplifica mediante el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones u otras herramientas digitales, que tenga o pueda tener como resultado daños físicos, sexuales, psicológicos, sociales, políticos o económicos, o bien otras violaciones a los derechos y libertades.

Si bien muchos otros términos —como violencia digital o violencia en línea— se usan con frecuencia, la idea de la “violencia contra las mujeres y niñas facilitada por la tecnología” refleja mejor cómo la tecnología puede permitir el daño, tanto en línea como en persona.

Por ejemplo, tomemos el doxeo, es decir, el acto de compartir información personal de alguien en línea. Este acto puede tener consecuencias en la vida real, como el acecho, las amenazas e incluso la violencia física. Otro caso sería el del abuso mediante deepfake o ultrafalso, es decir, la manipulación de imágenes o videos de una persona para publicarlos en línea, que puede resultar en daños a su reputación, con efectos duraderos y devastadores. Estos ejemplos muestran las complejidades de la violencia contra las mujeres y niñas facilitada por la tecnología y cómo su alcance puede ser difícil de definir, puesto que el daño suele impregnar tanto el mundo virtual como el mundo real.

La revolución digital ha exacerbado las formas conocidas de violencia de género (como el acoso sexual, el acecho, el discurso de odio, la información errónea, la difamación y la suplantación de identidad) y ha creado nuevas formas de abuso (como el hackeo, las estrategias de posverdad o el abuso mediante videos e imágenes, como los ultrafalsos, el doxeo, el ciberacoso y el grooming, o ciberengaño con fines sexuales, entre otros).

¿Cuántas mujeres y niñas experimentan violencia facilitada por la tecnología?

Cada año, millones de mujeres y niñas se ven afectadas por la violencia facilitada por la tecnología y el abuso digital. Según los estudios, entre el 16 y el 58 por ciento de las mujeres han atravesado este tipo de violencia. Los datos de diferentes regiones confirman que la violencia contra las mujeres facilitada por la tecnología ocurre en todas partes:

¿Cuáles son las formas más comunes de abuso digital y violencia contra las mujeres y niñas facilitada por la tecnología?

El acoso sexual y el acecho son las formas de violencia facilitada por la tecnología que las mujeres y niñas denuncian con mayor frecuencia. El abuso mediante imágenes —compartir fotos íntimas sin consentimiento—, los mensajes no deseados, las publicaciones en redes sociales y las llamadas telefónicas son las tácticas más utilizadas para el acoso sexual. Las mujeres pueden ser acosadas en las secciones de comentarios de las plataformas digitales, bombardeadas con mensajes explícitos y rastreadas a través de GPS y aplicaciones basadas en ubicación, lo que provoca una pesadilla digital que a menudo se extiende a sus vidas fuera de internet.

Otras formas de abuso a las que se enfrentan las mujeres y niñas incluyen el ciberacoso, el discurso de odio, la explotación sexual, la difamación, la divulgación de imágenes íntimas, la “sextorsión” o extorsión sexual, o la publicación de imágenes íntimas como venganza.

Las herramientas y plataformas que los autores emplean para infligir daño a mujeres y niñas van desde teléfonos inteligentes, computadoras, salas de chat, sitios de redes sociales, sitios de juegos en línea o rastreadores GPS hasta plataformas de transmisión de video.

¿Quién corre mayor riesgo de experimentar abuso digital y violencia contra las mujeres facilitada por la tecnología?

Si bien todas las mujeres y niñas pueden atravesar situaciones de abuso digital, violencia en línea o violencia de género facilitada por la tecnología, algunos grupos corren un riesgo mayor.

¿Cómo podemos detener el abuso digital y la violencia contra las mujeres facilitada por la tecnología?

  • Mejorar la cooperación entre los gobiernos, el sector tecnológico, las organizaciones por los derechos de las mujeres y la sociedad civil para fortalecer las políticas de protección de las mujeres y prevenir que la violencia ocurra siquiera.
  • Remediar los déficits de datos para comprender mejor las causas de esa violencia, los perfiles de quienes la ejercen y fundamentar las iniciativas de prevención y respuesta.
  • Desarrollar e implementar leyes y reglamentos con la contribución de supervivientes y organizaciones de mujeres.
  • Responsabilizar a las industria tecnológicas mediante estándares de transparencia y rendición de cuentas en materia de violencia digital y uso de datos en todas las plataformas digitales.
  • Integrar la ciudadanía digital y el uso ético de las herramientas digitales en los programas educativos para fomentar una cultura de respeto y empatía tanto en línea como fuera de Internet. Sensibilizar a las juventudes, en especial a los hombres y niños, así como a las personas responsables de cuidarles y educarles, sobre el comportamiento ético y responsable en línea.
  • Empoderar a las mujeres y niñas para que participen y dirijan el sector tecnológico, para que intervengan en el diseño y el uso de herramientas digitales seguras y espacios libres de violencia
  • Transformar las normas sociales nocivas mediante la promoción de masculinidades positivas y el cuestionamiento de narrativas perjudiciales y .misóginas, incluso con herramientas tecnológicas y de inteligencia artificial.
  • Garantizar que las entidades de los sectores público y privado prioricen la prevención y eliminación de la violencia digital con enfoques diseñados con base en los derechos humanos, la seguridad desde la concepción e inversiones adecuadas.

¿Qué medidas está tomando ONU Mujeres?

ONU Mujeres lidera las iniciativas para combatir la violencia contra las mujeres y niñas facilitada por la tecnología. Impulsa leyes para proteger a las mujeres y niñas, remedia los déficits de datos, adapta los servicios de apoyo a supervivientes y trabaja con hombres y niños para combatir los estereotipos de género y la discriminación.